La letra, que apunta a la añoranza del ayer, el amor perdido y las oportunidades que no vuelven, se convirtió en el emblema de toda una generación, incluyendo la cultura hippie.
Según los biógrafos de McCartney y de los Beatles, McCartney compuso la canción a partir de un sueño que tuvo en una casa de un amigo en Londres, en la Calle Wimpole, que pertenecía a su novia de entonces, Jane Asher.
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